miércoles, 11 de agosto de 2010

Desesperación.

Intentaba moverse, pero no podía; abrió los ojos… sólo oscuridad, por primera vez en su vida experimentó el verdadero terror, estaba atrapado, no sabía cómo ni cuándo, sólo sabía una cosa, necesitaba aire y, necesitaba luz, necesitaba sentirse vivo. Un profundo escalofrío recorrió su cuerpo, y una gota de sudor comenzó a recorrer su frente; no podía respirar ni moverse; gritó con desesperación una vez, dos veces, tres veces… nada. Comenzó a temer por su vida, nadie respondía a su desesperado grito de socorro. La más total oscuridad que en su vida había presenciado, sumado al agobiante calor qué había comenzado a experimentar y la falta de oxigeno comenzaron a desesperarlo, cada vez más. Un sentimiento de terror y pánico comenzó a hacerse latente, con todas sus fuerzas intentaba moverse, pero no, estaba atrapado; ni un centímetro logró mover. No le quedaban ideas, y sólo cerró los ojos y aguantó la respiración… una tenue melodía de llantos y sollozos desesperados comenzó a escucharse. Comprendió, estaba muerto…

No hay comentarios:

Publicar un comentario